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Fábrica de sonidos

Atrás el impuesto a los espectáculos


Fábrica de sonidos, columna semanal dedicada a la música por Edgar Corona

Por Édgar Corona
21 Octubre 2013

La iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto de gravar con el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a los espectáculos, quedó atrás. Entre tantas malas noticias relacionadas con la economía del país, esta decisión representa un acierto, y un alivio para todo un sector. Aunque especialmente hago énfasis en el tema, por el significado que tiene para los involucrados en la música: artistas, organizadores, promotores y, por supuesto, el consumidor, quien finalmente era la parte que absorbería el costo integral de esta propuesta.

Luego de una reunión con diputados, Luis Videgaray, Secretario de Hacienda, informó que “se llegó a un acuerdo para que los espectáculos, incluyendo los deportes y las corridas de toros, no tengan IVA, como estaba propuesto en la iniciativa original del Ejecutivo”.

Después de anunciar esta resolución, el sector dedicado al entretenimiento, en concreto el perteneciente a la organización de conciertos y festivales, da un nuevo respiro para continuar hacia adelante en la complicada tarea de intentar hacer crecer una infraestructura que cada vez ofrezca mejores condiciones y servicios. En México, el desarrollo de esta industria se ha dado paso a paso, con lentitud, pero se han alcanzado resultados importantes. Por esta razón, un impuesto no le conviene a nadie.

Lo anterior no significa que tener acceso a los conciertos y festivales sea algo fácil y barato. Por el contrario, los costos son altos, indistintamente si se trata de solistas o agrupaciones nacionales o internacionales. Las producciones, en muchos de los casos, justifican ese elevado precio, pero no se puede dejar de mencionar que también se dan abusos por parte de los organizadores. Si a esta situación le intentamos agregar un impuesto, como se pretendía, el escenario sin duda hubiera devenido en una complicación mayor.

En todo este asunto están vinculadas distintas partes. Desde los organizadores y promotores “pequeños” hasta las grandes compañías —específicamente Ocesa— lo importante es buscar un equilibrio de precios que, evidentemente, no excluya ganancias —finalmente esto es un negocio— para todos aquellos que laboran en este sector. La intención es unir esfuerzos, dejar atrás obstáculos para conseguir un buen funcionamiento y desarrollo repito, equilibrado, que no afecte sustancialmente a quienes disfrutamos de la música en sus distintos géneros.

No gravar el IVA fue lo correcto, aunque puede ser sólo un paliativo dentro de todo este engranaje. La visión de los implicados en este sector de los espectáculos debe ser de avanzada, con propuestas y acciones que beneficien la economía del país, y en esta parte el gobierno, la Secretaría de Hacienda, tiene que estar consciente de las medidas que pretenda implementar en un futuro, para no perjudicar a un negocio que ha costado mucho edificar.



Nota publicada en la edición 764


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