Ciencia y Seguido

La democratización del conocimiento


Por Martha González Escobar
22 Septiembre 2014

Desde el viernes 7 de febrero la Cámara de Diputados aprobó una reforma a la ley orgánica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) para que aplique un programa de fomento a la divulgación científica entre los investigadores del país y las organizaciones de la sociedad civil.

En esa ocasión los legisladores reconocieron que el gasto para la investigación científica es insuficiente.

La reforma legal establece que el Conacyt deberá incentivar la vinculación entre la sociedad civil y las instituciones del sistema educativo, para fortalecer la capacitación de los educadores en materia de cultura científica y tecnológica.

El diputado Andrés Eloy Martínez subrayó que la reforma estimulará a la niñez y la juventud mexicana a conocer la ciencia y la tecnología, además de fomentar desde temprana edad el interés por seguir carreras científico-tecnológicas.

También comentó que en otros países las cadenas estatales de televisión producen programas de televisión de divulgación científica y tecnológica para colaborar con la educación formal, y en México sólo hay pequeños espacios informativos, como si la ciencia y la tecnología fueran una curiosidad (como aquel famoso de “Aunque usted no lo crea”) y no profundicen en su trascendencia.

Otra vez oímos las lamentaciones de que se invierte en la investigación de ciencia sólo el 0.4 por ciento del PIB, en vez del uno por ciento que siempre promete el gobernante en turno.
Aunque es necesaria una mayor inversión en este rubro, también se requieren políticas públicas claras, no sólo de investigación, innovación y desarrollo tecnológico, sino también de divulgación.

Otra voz que se dejó escuchar fue la de la senadora Ana Lilia Herrrera Anzaldo, vicepresidenta del Senado de la República, autora de la iniciativa de las reformas aprobadas, quien comentó que para elaborar su propuesta se inspiró en Redalyc, el sistema de acceso abierto que desde hace 11 años impulsa la Universidad Autónoma del Estado de México, con el cual, adujo Ana María Cetto, investigadora de la UNAM, México se suma al movimiento mundial de acceso abierto promovido por la declaración de Budapest (2002) y que se ha consolidado en los años sucesivos de las reuniones del Comité mundial de patrimonio de la UNESCO, de 2003.

Open Access es la denominación de un movimiento internacional, con el objetivo de que cualquier persona en el mundo, con una conexión a internet, pueda tener acceso libre y sin ninguna restricción de tipo económico, técnico o legal, a la información científica, académica y cultural.

Quejas
Los comentarios acerca de las reformas al Conacyt repitieron lo mismo que ya se ha dicho: que somos los más rezagados entre los países de la OCDE; que nada más tenemos 20 mil investigadores de ciencia para todo el país; que sólo 23 de las 175 universidades mexicanas concentraron en 2011 el 85 por ciento de la producción científica, generando nueve mil 913 artículos de investigación, es decir, 87 por cada millón de habitantes en el país.

Esas cifras fueron dadas a conocer por el diputado de Nueva Alianza, Rubén Benjamín Félix Hays, quien agregó que las anteriores cifras nos sitúan en la tercera posición de los países iberoamericanos, lejos de Brasil, que triplicó esta cifra, y de España, que la cuadruplicó.
En julio de 2012 hubo seis mil 806 patentes, lo que representa 62 por millón de habitantes, sin considerar que solo 172 de esas patentes fueron de nacionalidad mexicana.

Para el talento mostrado hasta hoy por los mexicanos, las cifras son pobres.

La globalidad
El director de la Academia Mexicana de Ciencia, José Franco, subrayó que la aprobación del dictamen que reforma la ley del Conacyt es importante, porque da sentido a una de las principales características de la ciencia, que es la globalidad: “La ciencia es global y siempre lo ha sido: los economistas descubrieron hace poco la globalidad, pero la ciencia desde que es ciencia es universal, compartida, y como tal es parte del acervo del conocimiento de toda la humanidad, pues no van a ser únicamente los frutos de la ciencia generada en México lo que estará a disposición de la sociedad mexicana, sino el conocimiento hecho en todo el mundo”.

La minuta aprobada empieza así: “El Conacyt deberá emprender acciones que fomenten y fortalezcan la divulgación científica entre los investigadores del país y las organizaciones de la sociedad civil…”.



Nota publicada en la edición 805