Jorge Alberto Mendoza

Entrevista

Miguel Ángel Villanueva


El sutil encantador

Por Roberto Estrada
2 Junio 2014

Delicadeza, limpieza y precisión de sonido, además de una gran emotividad, fue lo que en el MUSA ofreciera en días pasados Miguel Ángel Villanueva. Él es uno de los más importantes solistas de flauta transversa a nivel internacional, así como un incansable promotor de la música nueva compuesta para tal instrumento, sin descuidar su labor pedagógica del mismo. Lo entrevisto poco después de verlo emocionado y a la vez enérgico durante una clase magistral en el Museo Regional, tratando de hacer entender a sus alumnos lo mucho que deben esforzarse para ser flautistas.

¿Cómo decidió que la flauta transversa se convertiría en su medio de expresión musical?
Fue a raíz de un flautista jalisciense muy reconocido: Gildardo Mojica. Cuando tenía 15 años llegó a mis manos un disco donde él interpretaba las sonatas de Bach, al lado de Luisa Durón, una gran clavecinista. Y al escuchar ese disco fue simplemente decir: esa es mi voz, yo quiero tocar ese instrumento. Y ahí me decidí, porque si bien mi mamá me obligó a estudiar música, ella quería que tocara piano, pero aquella experiencia me determinó.

¿Cuál es la vivencia corporal al tocar la flauta?
La flauta, al igual que todos los instrumentos, al principio es antinatural para el cuerpo. Pero a través del entrenamiento se desarrolla la condición física y la postura correcta para tocarla. Todos nos vamos transformando para que el instrumento saque lo mejor de sí. Los músicos estamos considerados como deportistas de alto rendimiento, porque hay disciplina, exigencia física y cualidades a desarrollar.

¿Describiría el timbre de la flauta transversa como dulce o femenino?
Dentro de lo que es la organología, la flauta pertenece a las regiones altas, y por ende se le asocia con la feminidad, por su voz aguda, propia de la soprano. Sin embargo, también se le confieren poderes de encantamiento en la mitología, generalmente asociado a los hombres que encantan: Krishna, Pan y El flautista de Hamelín son ejemplos de varones que ejercen su poder a través de la flauta.

¿Es entonces el flautista un encantador en el escenario?
Sí, porque el compositor le da ese papel a la flauta, el de ser sinuoso, quien lleva el mensaje. Muchas veces el piano o la cuerda dicen la misma melodía más fuerte, pero la flauta de manera más dulce. Es como si discutiéramos y uno dijera lo mismo más suave. Generalmente cuando alguien dice las cosas de forma sutil, es más escuchado que quien lo dice de manera violenta.

¿Cuándo se le reveló que se dedicaría a la música?
En el último año de preparatoria al decidir qué carrera tomar. Yo quería ser periodista, pero justo en ese momento en la Escuela Nacional de Música organizaron por primera vez giras de conciertos con los estudiantes más avanzados, y a mí me invitaron a una de ellas, y al hacerlo supe que era lo que quería.

Pero su intención no era sólo ser cualquier flautista, sino un concertista…
Eso quizá tenga que ver con un ego tremendo. Porque para estar al frente de una orquesta se tiene que ofrecer algo extraordinario, algo que quizá nadie más posea. Y no me fui tanto por mi manera de tocar como por mi propuesta artística. Me di a la tarea de encargar a los compositores que hicieran obras nuevas para flauta y orquesta, entonces yo las tocaba por primera vez, y esa fue mi motivación principal para dejar la orquesta como miembro y ser solista.

¿Cómo se percibe entre interpretar música nueva y la más tradicional?
Se debe difundir música de anteriores épocas, pero también de la que vivimos. En este caso hay lenguajes de vanguardia que utilizan los instrumentos de manera poco convencional, y hay otros más tradicionales, con propuesta innovadora. Me he ido más por esta última porque me gusta mucho el sonido de la flauta tal cual es, el modificar el sonido para las técnicas extendidas no me atrae desde el punto de vista estético, porque el sonido pierde su belleza, pero aprecio a quien lo hace.

¿Qué es lo que transmite al tocar la flauta?
Lo que busco es conexión. Dar un mensaje emocional, no intelectual. Si la gente me dice que sintió algo, mi misión estuvo completa. Yo no quiero que entiendan lo que toco, quiero que sientan lo que toco. Mi trabajo es poner toda mi técnica al servicio de la entrega de ese mensaje.

¿Cómo se compagina su labor de enseñanza con la de solista?
Es una responsabilidad porque los muchachos ponen en mis manos su carrera. Sé que puedo cumplirla estando activo como ejecutante, pero también generando repertorio nuevo para ellos. Además de que aprendo mucho de los estudiantes; cada vez que les digo algo me lo digo a mí mismo.



Nota publicada en la edición 791


En su propia voz

Miguel Ángel Villanueva
Flautista




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