Abraham Aréchiga

Entrevista

Eduardo Backhoff Escudero. Educar para un mundo
laboral más complejo


Para el presidente del INEE, el sistema educativo tiene que proporcionar a sus egresados competencias y conocimientos para responder a las demandas de un contexto laboral globalizado y exigente

Por Julio Ríos
24 Julio 2017

A la par de que la mayoría de los estudiantes en México no cuentan siquiera con las habilidades y competencias para competir en el nuevo contexto globalizado, el mercado laboral se ha empobrecido, por lo cual se deben emprender políticas públicas con el objetivo de revigorizar la relación empleo-educación en el país, considera Eduardo Backhoff Escudero, presidente del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.

Backhoff Escudero participó en el Seminario-Conservatorio “El futuro de las relaciones entre educación y trabajo”, organizado por la Universidad de Guadalajara.

“Las grandes empresas están requiriendo habilidades y competencias que en ocasiones no se adquieren en la universidad o educación media superior, y más sabiendo que en México son pobres las competencias básicas con las que egresan los estudiantes. Ese es el centro de la conversación: qué le va a pedir el mundo laboral a los egresados y lo que debe hacer el sistema educativo para que estos egresados se puedan incorporar y permanecer en el mundo cada vez más complejo”.

¿Cuáles son esas competencias que faltan a los jóvenes para competir en este nuevo contexto global?

Los estudiantes, en general, salen con habilidades muy pobres, muy básicas. No dominan las habilidades de lectura, escritura y la aritmética cuando salen de la educación media superior. Además, no salen con otras competencias muy importantes que hay que tomar en consideración: de comunicación escrita, que no la tienen, y también oral, no sólo en español, sino en inglés. Deben ser buenos comunicadores y autosuficientes para formarse a lo largo de la vida, saber encontrar información en internet, en distintas fuentes, saberse actualizar. Éstas no se enseñan actualmente en México. También las socioemocionales, que tienen que ver con las relaciones sociales de los egresados, con el trabajo colaborativo o cooperativo, cómo trabajar en grupo. También deben tener habilidades de empatía, saber negociar, tener liderazgo, respetar las diferencias entre las personas. Todas estas habilidades que no se contemplan usualmente en un curriculum, ahora las están pidiendo los nuevos empleadores.

¿Cuáles indicadores reflejan esta situación?
No estamos preparados todavía. En la prueba PISA, la mitad de los estudiantes, aproximadamente, tiene conocimientos suficientes en ciencias, el 43 por ciento en matemáticas y el 60 por ciento en lectura. La mitad de la población no egresa de la educación superior con las habilidades que pide el mundo globalizado. Por el otro extremo, sólo entre el 2 y 15 por ciento maneja suficientemente bien, con altos niveles de desempeño, estas tres habilidades, que están en el curriculum de toda la vida y que deberían ser manejadas por una gran cantidad de personas.

¿Qué sucede del lado, de los empleadores?
Otro pie importante es la parte propiamente laboral. Qué cantidad de trabajos se ofertan y con qué nivel salarial. Para exigirle a un profesional que se prepare bien, también debe existir empleo bien pagado. En México es bastante triste la situación. En términos generales, hay un nivel de pobreza que tiene que ver con los ingresos de la población. La gran mayoría que trabaja, gana apenas por arriba de tres salarios mínimos. Solo el 6 por ciento gana más de cinco salarios mínimo, es decir, 94 por ciento de la población gana menos de cinco salarios mínimos. Otro dato importante es que las personas que ganan más de cinco salarios mínimos, van decreciendo. No sólo vamos mal, sino caminando a una situación desfavorecida.

¿Nos enfrentamos una precarización del empleo?
Las dos cosas están precarias. Son precarios los conocimientos con los que salen los estudiantes y precarios los salarios que les ofrecen a los profesionistas. Además, de estos empleos, algunos son subempleos, profesionistas que ganan menos que el promedio, o que trabajan una jornada completa o en condiciones o actividades distintas para las que se prepararon.

¿Una efectiva vinculación entre educación y empleo se logra con políticas públicas de alto calado?
El seminario busca las salidas. Esperemos que continúe. Esta es la primera de varias sesiones que se tendrán y seguro habrá recomendaciones de políticas públicas para atender el problema. Lo importante es que la Universidad de Guadalajara se está anticipando y pone el problema a discusión para que haya posibles soluciones que se traduzcan en soluciones.



Nota publicada en la edición 934


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